Archivo histórico: obra de teatro por el centenario de Fátima en La Reja, Argentina

"Yo soy la Señora del Rosario"

Terminada la misa votiva en honor a Santa Rita de Casia, hecha la bendición y entrega de las rosas, varias familias de nuestra feligresía de Buenos Aires compartieron un almuerzo con los sacerdotes y seminaristas.

Por la tarde, los niños representaron las apariciones de nuestra Señora de Fátima en una hermosa obra de teatro que tuvo lugar a cielo abierto en el parque del Seminario. A pesar del frío y la llovizna, todo pudo realizarse como esperado.

Un grupo grande de niños y algunos adultos participaron de la obra, que comenzó con las apariciones del Ángel de Portugal a los tres pastorcitos.

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Cronológicamente fueron pasando todas las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima.

Hagan sacrificios por los pecadores, y digan seguido, especialmente cuando hagan un sacrificio: Oh Jesús, esto es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por las ofensas cometidas contra el Inmaculado Corazón de María.

Estas palabras dijo la Santísima Virgen María a Lucía, Francisco y Jacinta cuando abrió la tierra y les hizo ver el infierno y cuántas almas caían en él “como lluvia” porque nadie rezaba y se sacrificaba por ellas.

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Ante los ojos deslumbrados de aquella población, cuya actitud nos transporta a los tiempos bíblicos y que, pálido de asombro, con la cabeza descubierta, encara el azul, el sol tembló, tuvo nunca vistos movimientos bruscos, fuera de todas las leyes cósmicas. El sol danzó, según la típica expresión de los campesinos…1

El milagro del sol fue también muy hermosamente representado por los “actores" de nuestra obra.

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De repente, terminadas las apariciones, los pastorcitos invitaron a los espectadores a una procesión y a rezar el rosario. Todos los presentes se vieron entonces envueltos en la escenificación de la obra como si se repitiera el día en que el Cielo se dignó bajar a la tierra. Por el camino, los senderos estaban señalados por los pedidos de la Santísima Virgen hasta que, llegando a la gran imagen de nuestra Señora de Fátima, ante la cual estaban arrodillados los tres pastorcitos, comenzaron las oraciones del rosario.

La jornada terminó con la exposición y bendición con el Santísimo Sacramento en la iglesia del Seminario.

• 1Diario "Século", octubre de 1917