Mensaje del Capítulo General de la Fraternidad

Finalizado el Capítulo General, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X recuerda la importancia y la actualidad de la declaración de su fundador, Mons. Marcel Lefebvre, del 21 de noviembre de 1974 – más de 50 años de “autodemolición de la Iglesia” permiten apreciar cabalmente su exactitud. La Fraternidad la hace propia en su totalidad.

“Nos adherimos de todo corazón y con toda nuestra alma a la Roma católica, guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias para el mantenimiento de esa fe; a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad. (...) Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la jerarquía, puede obligarnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica, claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace veinte siglos. (...) Por eso, nos atenemos con firmeza a todo lo que la Iglesia de siempre ha creído y practicado en la fe, en las costumbres, en el culto, en la enseñanza del catecismo, en la formación del sacerdote y en la institución de la Iglesia, y que ha codificado en los libros publicados antes de la influencia modernista del Concilio, a la espera de que la verdadera luz de la Tradición disipe las tinieblas que oscurecen el cielo de la Roma eterna.”

La Fraternidad Sacerdotal San Pío X se propone seguir su fin principal, el sacerdocio tal como nuestro Señor Jesucristo lo quiso, dirigiéndolo siempre a lo que constituye esencialmente su razón de ser: el santo Sacrificio de la Misa. Está animada por los mismos sentimientos que San Pío X, su santo patrono: “Aseguramos con toda firmeza que Nos nada queremos ser, y con la gracia de Dios nada seremos ante la humanidad sino ministro de Dios, de cuya autoridad somos instrumentos. Los intereses de Dios son Nuestros intereses; a ellos hemos decidido consagrar nuestras fuerzas y la vida misma. De ahí que si alguno Nos pide una divisa, que exprese Nuestro propósito, siempre le daremos sólo esta: ¡Instaurar todas las cosas en Cristo!” (E supremi apostolatus, 4 de octubre de 1903)

Fortalecida por la misma fe y la misma esperanza que este santo papa, la Fraternidad San Pío X, por su predicación y por sus obras, reivindica para nuestro Señor Jesucristo la plenitud de su dominio sobre todos los hombres y sobre todas las naciones, de manera que sus derechos y su autoridad sean reconocidos por todos con veneración. Por esta razón, sigue trabajando por el triunfo de Cristo Rey e invita a todas las almas de buena voluntad a unirse a ella en esta obra sobrenatural y sublime.

Corazón doloroso e inmaculado de María, ruega por nosotros que recurrimos a vos.

Ecône, 21 de julio de 2018