Visita a los monumentos católicos de Roma y misa solemne en San Pedro "in Montorio"

Fuente: Distrito de América del Sur

El padre Francisco Jiménez, celebrante en la Basílica de San Pedro "in montorio"

Continuamos con nuestra peregrinación por Roma. Esta vez, la breve visita a la plaza de San Pedro desde donde comenzamos nuestro ascenso a pie al Janículo, hasta la Iglesia de San Pedro in montorio donde el 25 de agosto se celebró la misa solemne para nuestros peregrinos.

El 25 de agosto nuestra peregrinación comenzó la visita a los grandísimos monumentos católicos de la Ciudad Eterna. Comenzando por la plaza de San Pedro, sin ingresar a la basílica ya que la visita a la misma estaba prevista para otro día, los peregrinos comenzaron su caminata subiendo al Janículo, una colina de Roma que, aunque no forme parte de las siete colinas más conocidas, es muy famosa por la hermosa vista que tiene de toda la ciudad.

En la cima de la misma se encuentra la Basílica de San Pedro in montorio “en el monte áureo” otro de los nombres con los que se conocía dicha colina a causa del color dorado resplandeciente que lucía en ella a la luz del sol. La Tradición de la Iglesia coloca la cima de este monte como lugar del martirio de San Pedro, crucificado cabeza abajo durante la persecución de Nerón. Por la mañana de este día se celebró la misa solemne en esta hermosa Basílica.

El Padre Francisco Jiménez, prior de Bogotá, Colombia, tuvo la gracia de ser el celebrante y en el sermón insistió en la necesidad de entregarnos por completo a Nuestro Señor a pesar de ser pecadores, como San Pedro, que después de haberlo negado, lloró su pecado y lo reparó dando su vida por Él.

Después del almuerzo, los peregrinos descendieron de la colina a pie hasta el Trastévere, a orillas del río Tíber, dónde pudieron hacer una breve visita a la Basílica de Santa María “in Trastevere”, luego de lo cual se dirigieron a la “Scala Santa”, escalera de mármol de acceso al palacio de Poncio Pilato en Jerusalén, dónde nuestro Señor fue juzgado. La misma fue mandada traer a Roma por Santa Helena en el año 326 y por tradición se sube por ella de rodillas hasta el “Sancta Sanctorum” donde se encuentra la imagen del Santísimo Salvador Acheiropoieton, es decir, no pintada por mano humana, ya que la Tradición nos cuenta que dicha imagen fue comenzada por San Lucas y terminada por ángeles.